El violento oficio de informar

por Néstor Belini

El procurador general de la provincia de Entre Ríos, Dr. Jorge García, tuvo términos destemplados para con el periodismo. Incurrió en un error inusual para una persona de su inteligencia y capacidad: no discriminó, metió a todos en la misma bolsa.

Habló de “operetas”, “pasquines”, “inframundo periodístico”, “planillas erróneas”, “whatsapp trucho”, “letrinas”, “estiércol” y de “cantidad de falsedades” que se habrían publicado.

Sostuvo que se perdió el “fair play, el apego a las normas para defenderse”, y que según le manifestó una persona muy allegada a los imputados, “venían por la opereta y el juicio político”.

García sostuvo que se cayó, por una no explicitada relación entre abogados y medios, “a los lugares más bajos de la institucionalidad”.

En lo que respecta a El Diario y a la información que se publicó el miércoles 5 de diciembre de 2018, cuando se dio cuenta de uno de los fideicomisos, quedó corroborada por todos los testigos de declararon.

La ratificó Opromolla, Guido Krapp, Orlando Bertozzi, los fiscales Patricia Yedro e Ignacio Aramberry, Goyeneche y el mismo García, ayer.

En relación a la planilla de Excel que El Diario publicó dos días después de aquella información, la misma fue reconocida por testigos que integraban el estudio contable Integral Asesoría, por Orlando Bertozzi y fue utilizada por la acusada para defenderse.

También se supo que fue secuestrada tiempo después de su publicación y consta en el legajo de la investigación. De errónea nada. Menos, de trucha, como publicó un medio digital.

García refirió que desde el comienzo de la causa comenzaron los “ataques” a los fiscales, de quienes destacó su compromiso con el trabajo y su objetividad.

Sobre todo, a su adjunta, a la que, según dijo ayer, entendió que la protegía aceptándole la excusación porque “veía la campaña de descrédito, infamia, injurias contra ella; entendía que, si seguía, significaba el redoble de una campaña de letrina”.

En otras oportunidades sostuve que El Diario informa y lo hace con el correspondiente respaldo documental. Referir operaciones “para embarrar la cancha” por la publicación de información fidedigna que concierne a un funcionario público que está al frente de una causa de interés público, es un desatino que no coadyuva a construir ciudadanía ni aporta a la transparencia de los actos de gobierno.

García habla de ataques y en este sentido cabe preguntar ¿cómo deben interpretarse la seguidilla de términos y expresiones descalificadoras para con el ejercicio del periodismo proferidas, en una audiencia pública, por el hombre que tiene la potestad de decidir qué delitos y qué ciudadanos se persiguen?

La violencia institucional tiene modos sutiles de manifestarse. Sobre todo si proviene de un funcionario que “bromea” con que el accionar de sus subordinados le puede arruinar la vida a una persona acusada de cometer un delito.

Publicado en El Diario 5/5/2022